Así nos Manipulan las Redes Sociales
- Alfredo Pérez
- 1 dic 2020
- 3 Min. de lectura
(con la valiosa colaboración de Emilio Pérez Vicente)
A menudo, las conductas de un individuo están determinadas por la forma de actuar de los integrantes de la comunidad en la que habitan. Cuando una persona se percata de que otras a su alrededor adoptan ciertos comportamientos, con frecuencia terminará adoptando exactamente los mismos. Y cuando miembros influyentes de una comunidad muestran su predilección por canciones, ideas, productos, servicios, campañas políticas o prácticas cotidianas, éstas terminan viralizándose y convirtiéndose en éxitos. Este fenómeno, denominado “El Espejismo de la Mayoría”, fue identificado y estudiado en el 2015 por el Instituto de Ciencias de la Información de la Universidad del Sur de California y predomina ampliamente en el ámbito de las redes sociales.
El estudio sugiere que una conducta impopular, al ser adoptada por miembros influyentes dentro de una red social, parecerá más popular de lo que en realidad es y, por consiguiente, se volverá viral. El fenómeno se puede validar matemáticamente empleando métodos analógicos o digitales dependiendo del tamaño de la red. En esencia, todo se reduce a representar la red como un mapa topológico, en donde las personas son representadas con puntos y las interacciones que suceden entre ellas con líneas.
Para comprobar la existencia del fenómeno dentro de cualquier red social, se debe comparar el atributo (opinión, predilección, conducta, etc.) de cada usuario, con el que predomina dentro de toda la red. Por ejemplo, Susana concluye, a partir de las opiniones de sus amigos en Facebook, que ABC es la marca de celulares más popular del planeta. En cambio, si analizamos la red de usuarios de Facebook a nivel mundial, la realidad es que XYZ es la más popular. Susana ha sido víctima del espejismo de la mayoría.
El ejemplo planteado ilustra lo sencillo que resulta para alguien verse afectado por dicho fenómeno. La mayoría de las ocasiones, ni el nivel socioeconómico, género, edad o nacionalidad de los usuarios de una red son los causantes del espejismo, sino que simplemente la red a la que pertenecen es demasiado pequeña o sufre de una ideología monotemática. Afortunadamente, está en nuestras manos evitar vernos afectados por esta situación, para lo cual necesitamos ampliar y variar constantemente nuestras redes sociales. El primer paso para combatir a cualquier enemigo es identificarlo.
En la actual era de las redes sociales, es muy importante identificar siempre el origen y la calidad de la información que recibimos. Debemos ser críticos y evitar formarnos cualquier tipo de opinión sin antes determinar las implicaciones de la información (consecuencias positivas y/o negativas de actuar o no con base en ella) y buscar indicadores adicionales (que la validen o rechacen) ya que, en ocasiones, el espejismo de la mayoría puede resultar sumamente peligroso. Hace algunos meses, un importante político en campaña señaló que el uso del dióxido de cloro podría ayudar a prevenir el contagio de un virus, por lo que varias personas terminaron en el hospital después de ingerir dicha sustancia.
El Internet y las redes sociales son dos de los inventos más importantes de nuestra era, ya que nos permiten tener acceso a grandes cantidades de información de un número ilimitado de fuentes, además de conectarnos con personas de cualquier lugar del mundo. Pero no todo es color de rosa, ya que los grandes beneficios también conllevan enormes riesgos, tales como el espejismo de la mayoría. Para seguir disfrutando de las infinitas posibilidades que nos ofrecen las redes, debemos aprender a neutralizar sus riesgos empleándolas con criterio e inteligencia.
“Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas” - René Descartes.
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